Informe del viaje a Thionck-Essyl de las Navidades 2009

Salgo de Gijón el día 26/12, dirección Banjul vía Barcelona.
Como de costumbre las maletas van a rebosar de caramelos, medicinas y ropa para niños, donada por amigos, y por la Escuela de Educación Infantil La Serena que la recogió especialmente para nuestra asociación.

Según parece Spanair no nos va a conceder sobrepeso nunca más.

En Barcelona espero el avión durante largas horas (4,5 de retraso).

Los primeros días en Thionck los dedico al encargo de los manteles, el reparto de ropa y regalos, la recogida de facturas del proyecto, la elaboración de la lista de herramientas a comprar, y la visita a las huertas.

Me gusta el trabajo hecho en Baroncol, veo dos pozos bien terminados y con agua, un cercado sólido de hierro pintado con una puerta del mismo material y unas estacas que marcan la distribución de las parcelas.

La de Kamanar-Saba está rebosante de plantas: Tomateras, berenjenas, cebollas, pimientos, lechugas, repollos, bisab, etc. En el terreno de Bouloub han cortado los numerosos árboles de mangos y han desbrozado parte de la parcela.

Me encuentro con Fatou Kouba que me anuncia que el molino no funciona desde hace meses, me sorprende tanta resignación, pregunto por el mecánico que ha visto la máquina, intento localizarlo, no contesta al móvil.

Reunión con la responsable del molino, la presidenta y el encargado ( Boubacar Sagna, Oudei, Amino, Aisatou y Fatou Kouba. Me cuentan que tras varias averías, se llevó una pieza a Ziguinchor para reparar, se montó, pero el motor calienta mucho, el técnico de Ziguinchor no hay manera de hacerlo venir, han contactado con el mismo que yo intenté localizar, se llama Omar Badji que dice hay que cambiar el motor.

Comparto casa con dos voluntarios odontólogos que llevan más de diez días en el pueblo, sacando muelas a tutiplé, están contentos pero agotados, es la primera vez que van a Senegal y todo es muy nuevo para ellos, piensan volver y ya planifican nueva estrategia.

Me voy, como acostumbro, dos días a Abené para asistir a la clausura del Festival de Música y Danza, a pesar del cansado viaje, ¡ha merecido la pena presenciar a estos fantásticos músicos!

Vuelvo el día en que Eloína llega de España, nos vemos por la tarde, está contenta aunque resfriada, y se queda en el campement, Solo, un joven del pueblo que habla español, la ha acompañado desde Banjul ya que él mismo fue a llevar a nuestros amigos dentistas.

Los días siguientes los dedicamos a:

- Visitar las huertas, donde vemos a las mujeres afanarse en preparar la tierra para el cultivo, nos alegra muchísimo verlas tan entusiasmadas.

- Asistir a una competición de lucha y a los numerosos ensayos de baile que preparan a los jóvenes de Kouba para su ritual de iniciación que tendrá lugar este verano.

- Recoger y revisar los batiks y los útiles comprados para la huerta de Baroncol, y el borrador del nuevo proyecto para la huerta de Bouloub.

- Realizar una excursión a Kouba y ofrecernos una noche de djembé y tambores.

- Elo, por su lado viaja a Ziguinchor, visitade la ciudad y del bello edificio de la Alianza Francesa. También vista el hospital de Thionck.

- Reunirnos con François y Marie Annick Pellegrin, J. Club y Bonis, para hablar de los distintos proyectos de cada sección. Les informo de los nuestros, ellos que acaban de llegar aún no saben en que punto están los que subvencionan desde Francia. Nos escribiremos.

- Visitar a un pintor local; uno de sus cuadrosmuestra el drama del Joola.

- Reunión ¡por fin! con Omar Badji, el mecánico. Me dice que el motor del molino es de fabricación india y que no es suficientemente potente para la máquina, al parecer hay varios molinos iguales en la zona, y ninguno funciona. Propone vendernos otro motor, le digo que antes quiero presionar a la empresa que nos lo vendió para ver si hay solución.

- El día 7 reunión con unas 60 mujeres, para darles las herramientas e inaugurar oficialmente la huerta de Baroncol. El acto empieza con música y danzas y acaba con las bellas plegarias de éstas, con el expreso deseo de que nuestra ayuda haga más sólida la unión entre los tres sub-barrrios, y nos ratifican su satisfacción con el fondo de micro-créditos. Les decimos que nuestra intención es seguir trabajando con ellas ya que ese es nuestro anhelo y les informamos del cambio, aquí, de nuestro comité.

Llega el final de nuestra estancia, nos vamos como siempre con ganas de volver, Elo piensa que las expectativas, antes de realizar el viaje se quedaron muy cortas. Las dos pensamos que el viaje ha sido muy gratificante y nuestro deseo es seguir trabajando con mujeres que nos enseñan a compartir.

Ana Isabel Moledo